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Reconfigurar el transporte mediante una mejor selección de proveedores, la adopción de tecnologías de trazabilidad y el impulso de la movilidad compartida es crucial. En este último punto, socios estratégicos como la empresa española Celering se convierten en aliados clave.
La cadena de suministro se ha convertido en el principal campo de batalla de la sostenibilidad empresarial: cada decisión, desde la selección de un proveedor hasta la gestión del último kilómetro, tiene un impacto directo en el planeta. De hecho, hasta el 90% de las emisiones de una empresa procede de su cadena de suministro, según un informe lanzado este año por la consultora McKinsey.
Este efecto ambiental se intensifica durante la temporada alta de consumo, tensando más la cadena por el incremento de la demanda. Así, durante el Black Friday, las emisiones de CO2 suelen aumentar hasta un 15%, según el último informe que Greenpeace lanzó en 2023. Teniendo en cuenta esta problemática, las tiendas y marcas, tanto físicas como online, se encuentran con el desafío de implementar medidas reales que palien estos efectos.
Uno de los objetivos más inmediatos es reconfigurar el transporte a través de una gestión de inventario más sostenible, el logro de una mayor eficiencia operativa, la optimización de la última milla o la planificación de demanda y logística inversa. Todo esto con el objetivo de reducir los costes operativos y promover una sostenibilidad real.
5 estrategias clave para reducir la huella de carbono durante la peak season
Selección de proveedores. Con el objetivo de asegurar una sostenibilidad real, los retailers deben garantizar que todos sus socios cumplen con unos estándares ambientales. Para lograrlo, las auditorías y certificaciones internacionales, como la ISO 14001, Fair Trade o B Corp, son herramientas clave. Además, en la actualidad existen plataformas digitales que permiten monitorear en tiempo real el consumo energético, las emisiones o el uso de materiales reciclados a lo largo de la cadena de suministro. Por otra parte, la incorporación de criterios ESG en el proceso de selección de proveedores permite a los retailers alinear sus operaciones con los objetivos de sostenibilidad corporativa.
Tecnologías de trazabilidad. Los sistemas de geolocalización, el Internet de las Cosas (IoT) o la analítica de datos son herramientas que permiten hacer un seguimiento detallado de cada producto, desde su origen hasta que es entregado al cliente, con información en tiempo real. Esta vista del recorrido no solo permite responder ante imprevistos, sino que también genera una mayor confianza en el cliente, que puede controlar en todo momento la situación de su pedido. Por otra parte, la irrupción de sistemas de blockchain ayudan a garantizar la inalterabilidad de los datos logísticos, construyendo una cadena de suministros más segura, eficiente y responsable.
Fomentar la circularidad. Fomentar la circularidad desde la logística no solo reduce emisiones, sino que optimiza cada desplazamiento para minimizar desperdicios y cerrar ciclos de distribución. Una estrategia clave es la logística inversa, que permite aprovechar los mismos canales de distribución para recoger productos usados y repararlos, dándoles una segunda vida. Además, también se están implementando sistemas de recogida de envases con el objetivo de promover su reciclaje y disminuir la dependencia del plástico.
Movilidad compartida. La temporada alta de compras también exige a las tiendas más personal para responder a picos altos de trabajo. Más empleados significa más personas en la carretera, lo que contribuye a generar más emisiones. La movilidad compartida a través de aplicaciones de transporte bajo demanda permite reducir la huella de carbono significativamente, además de contribuir al bienestar de los trabajadores, que no tienen que preocuparse por disponer de vehículo propio o depender de los tiempos del transporte público.
Logística compartida. Las empresas que trabajan en un mismo parque empresarial pueden optimizar sus operaciones logísticas compartiendo transporte. De esta forma, pueden planificar rutas de distribución más eficientes, unificar cargas y reducir el número de viajes, lo que disminuye el tiempo de entrega y el consumo de combustible.
Los retailers son cada vez más conscientes de que la sostenibilidad no solo depende de lo que venden, sino también de cómo se mueven sus equipos y cómo se gestiona cada trayecto dentro de la cadena de suministros. En esa transformación hacia una movilidad más responsable, la española Celering se consolida como un socio estratégico especializado en el transporte compartido de trabajadores, ofreciendo soluciones bajo demanda que reducen emisiones, optimizan costes y mejoran la experiencia del empleado.