En este artículo se describe cómo Technidrive Ltd y WEG colaboraron para ayudar a Moffett, una empresa de sistemas automatizados de almacenamiento, en el proyecto de un nuevo elevador para trabajar en temperaturas extremas.
Los elevadores industriales están a menudo accionados por motores eléctricos, con la asistencia de un sistema de contrapeso. Sin embargo, cuando estos equipos industriales trabajan en ambientes con temperaturas variables, tienen que soportar, además de las elevadas cargas, unas temperaturas extremas.
Así fue para Moffett, una empresa irlandesa de sistemas automatizados de almacenamiento, cuando abordó su primer proyecto internacional en Dubái. El proyecto comprendía la construcción de un sistema para un almacén de tres niveles, con 30 metros de altura, y una capacidad de 85 palés por hora. Moffett necesitaba un sistema automatizado de almacenamiento para elevar y bajar palés, capaz de trabajar a temperaturas entre -25 °C y 40 °C.
Además de ello, Moffett quería maniobrar palés de 1 500 kg de peso a una velocidad de 1 m/s entre las alturas de 6 m y 30 m. Para hacerse una idea de la magnitud del proyecto, un almacén típico tiene de media una altura de 10 m.
Para el desarrollo inicial del proyecto, Moffett empleó un sistema de accionamiento de otro proveedor. Sin embargo, no resultó ser adecuado, con un funcionamiento deficiente y sin los controles necesarios. Esto llevó a Moffett a consultar a Technidrive, quien a su vez recurrió a WEG para el suministro de motores eléctricos de 11 kW, con variador de frecuencia, y el correspondiente software de programación. El variador de frecuencia realiza una importante función en esta aplicación.
Con la regulación por variador de frecuencia, el sistema puede desarrollar aceleraciones y deceleraciones más elevadas. Igualmente, al desplazar el carro al nivel programado, se necesita introducir un ajuste en función del mayor o menor peso del carro. Así pues, para tener en cuenta las variaciones de la carga, los elevadores necesitaban el sistema de autocorrección convencional que se emplea en los ascensores para personas.
Technidrive y WEG colaboraron para desarrollar un movimiento de autocorrección con el variador de frecuencia, el cual permitiera mantener el elevador a la altura del nivel a lo largo del cual el carro se desplaza. Así, en lugar de bajar el elevador a medida que el carro se desplaza a lo largo de los pasillos llevando cargas más pesadas, el variador de frecuencia corrige automáticamente la estabilidad del carro y mantiene su desplazamiento de modo uniforme al nivel indicado.
Además de ello, Technidrive tuvo también que tener en cuenta la energía regenerativa que vuelve al variador de frecuencia. Esto ocurre al decelerar el motor, o cuando una carga desciende. Elevar 2 000 kg requiere mucha energía, pero bajar 2 000 kg genera mucha energía.
Por ejemplo, cuando el variador controla la velocidad de descenso de una carga, se está generando una energía en el motor. Esta energía regresa al variador, y tiene que disiparse con una resistencia de frenado o en forma de calor, siendo esto último potencialmente peligroso.
Inicialmente, la resistencia de frenado no tenía la suficiente capacidad para las condiciones de trabajo extremas, lo que hubiera causado problemas de sobrecalentamiento. Sin embargo, Technidrive aumento la capacidad de la resistencia de frenado y añadió una protección térmica para asegurar que la energía regenerativa no produjera problemas de sobrecalentamiento.
“Actualmente, Moffett está empleando el sistema en Dubái y en Dublín”, explica David Strain, director técnico de Technidrive. “Pero esta aplicación tiene carácter global, por lo que puede emplearse en cualquier lugar del mundo. Ya tenemos otros dos proyectos por venir en Amsterdam y en Londres”.
“Technidrive realizó todos los cálculos y el diseño a partir de cero para asegurar que el motor eléctrico fuera el indicado para la aplicación, con par, velocidad y potencia suficientes. Nuestra relación con WEG es muy buena, y estamos colaborando con ellos en otros posibles proyectos, con expectativas de realizar dos o tres más hacia finales de este año”.
“Nos reunimos con Technidrive todas las semanas durante la fase de desarrollo”, explica Sam Moffett, director gerente de Moffett. “Nos prestaron un gran servicio; sus representantes nos visitaban y estaban a nuestra disposición para lo que necesitáramos”.
“Al principio, tuvimos un motor eléctrico de otro proveedor que no funcionó bien, por lo que consultamos a Technidrive, y nos pudieron ofrecer lo que necesitábamos. Trabajaron con el nuevo motor durante unos días, lo hicieron funcionar cómo queríamos, y continúan prestándonos el soporte necesario cuando lo necesitamos”.
No todos los sistemas automatizados están construidos para resistir condiciones ambientales extremas. Sin embargo, WEG, como líder global de motores eléctricos y accionamientos, y Technidrive aseguraron que Moffett pudiera proyectar y construir un elevador para temperaturas extremas, un proyecto en un impresionante almacén automatizado a añadir a la lista de referencia.