• El presidente de Iberdrola ha reivindicado, además, la importancia del sector eléctrico en la transición hacia una economía baja en carbono, proceso en el que deben participar todos los actores, tanto públicos como privados
• Galán ha señalado que hace falta un marco regulatorio estable y predecible para que las compañías puedan llevar a cabo las inversiones necesarias para la descarbonización y electrificación de la economía
El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, ha participado esta mañana en el panel ¿Por qué las compañías integran el cambio climático en sus estrategias?, en el marco de la jornada BBVA Sustainable Finance Forum, celebrada por la entidad en su sede central de Madrid y que ha sido inaugurada por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y por el presidente de BBVA, Francisco González.
Durante su intervención, Galán ha asegurado que el compromiso con un futuro sostenible es compatible con la creación de valor para las empresas y que, además de un imperativo moral, es también una oportunidad de crecimiento y generación de riqueza, empleo y prosperidad.
Iberdrola es un buen ejemplo de ello: decidió en el año 2001 hacer una apuesta pionera por las energías limpias, las redes inteligentes y el almacenamiento, áreas en las que ha invertido desde entonces 95.000 millones de euros.
Tras poner en marcha de dicha estrategia, la compañía ha pasado de ocupar el puesto número 20 en el ranking mundial de eléctricas por capitalización bursátil a ser hoy la cuarta y la primera europea totalmente privada. Asimismo, ha multiplicado por seis su base de activos y ha triplicado su beneficio neto, lo que ha permitido incrementar progresivamente sus dividendos, en línea con sus resultados.
Ignacio Galán también ha destacado que el salto hacia una economía eficiente y baja en carbono debe implicar a todos los agentes -desde productores hasta consumidores domésticos e industriales-, tanto públicos como privados.
En esta transición, el papel del sector eléctrico será clave, según ha explicado el presidente de Iberdrola: “La Agencia Internacional de la Energía prevé un crecimiento de la demanda eléctrica mundial del 60% hasta 2040 e inversiones de 20 billones de dólares. Estamos en el buen sector. La Comisión Europea y el Comité de Expertos para la transición energética en España en su reciente informe asumen un creciente peso de la electricidad, con mayor participación de renovables para el cumplimiento de los objetivos medioambientales.”
• Marco regulatorio estable y predecible
Galán ha resaltado la necesidad de contar con un marco regulatorio estable y predecible para que las compañías puedan llevar a cabo las inversiones que harán falta para la descarbonización y electrificación de la economía. En este sentido, ha asegurado que movilizar esa enorme inversión requerirá de la acción colectiva y coordinada de gobiernos, del sector privado y la sociedad en su conjunto.
Por otra parte, ha afirmado que el sector financiero debe jugar un importante papel en la transición hacia una economía baja en carbono, tanto por su rol para la movilización del capital hacia las inversiones sostenibles como por las mayores exigencias de información sobre las acciones que las empresas realizan ante el cambio climático, requiriendo la inclusión del criterio de sostenibilidad entre las oportunidades de negocio.
En esta línea, según Ignacio Galán, “aquellas empresas que gestionen mejor los riesgos y oportunidades derivados del cambio climático, pero también las que den mayor información y de forma más transparente, serán las preferidas de los inversores, llevando a una movilización del capital hacia las inversiones sostenibles”.
Iberdrola fue la primera compañía española en emitir un bono verde, en abril de 2014. Desde entonces, el grupo ha realizado 10 operaciones de este tipo, convirtiéndose en el mayor emisor corporativo de bonos verdes del mundo tanto en 2016 como en 2017. Actualmente cuenta con cerca de 7.400 millones de euros en financiación verde, incluyendo un bono emitido desde su filial estadounidense AVANGRID en 2017 por importe de 600 millones de dólares.
La empresa fue también la primera española en lanzar un bono híbrido verde y, en el mercado bancario, fue pionera el pasado año al convertirse en la primera compañía española en suscribir un préstamo verde -en concreto, con BBVA y por importe de 500 millones de euros-.
Esta posición ha sido también alcanzada en Latinoamérica, donde el pasado 20 de abril Iberdrola México suscribía el primer préstamo verde corporativo de la región, por importe de 400 millones de dólares.
Además, a comienzos de año, Iberdrola cerró la mayor operación de crédito realizada a nivel mundial bajo criterios de sostenibilidad, por importe de 5.300 millones de euros, con un diferencial sobre la referencia de tipo de interés ligado a la reducción de la intensidad de emisiones del grupo.
La compañía ha definido además recientemente su Marco para la financiación verde para el proceso de emisión, el seguimiento y la verificación externa, con objeto de garantizar a los inversores la transparencia e integridad de los criterios empleados.
Esta estrategia de financiación se enmarca en la incorporación, por parte de Iberdrola, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas para el horizonte 2030 a todas sus actuaciones. La compañía centra sus esfuerzos en los puntos 7 y 13 -energía asequible y no contaminante y acción por el clima, respectivamente- si bien contribuye directa o indirectamente al cumplimiento de todos los ODS.