Iberdrola Australia y el desarrollador de hidrógeno ABEL Energy construirán una planta de producción de hidrógeno verde y metanol verde en Bell Bay, en el norte de Tasmania (Australia). El proyecto, denominado Bell Bay Powerfuels, está respaldado por el gobierno australiano, y supondrá una inversión de 1.100 millones de euros.
Bell Bay Powerfuels producirá 200.000 toneladas de metanol verde al año en su primera fase de desarrollo, una cantidad que llegará a las 300.000 toneladas en su segunda fase. Así, el proyecto será uno de los más grandes del mundo.
El metanol verde servirá para suministrar al mercado marítimo, además de para otras aplicaciones. Desde 2021, las principales compañías navieras del mundo están apostando por grandes barcos diseñados para funcionar con metanol verde de combustión ultra limpia.
Esta decisión tiene grandes beneficios, como eliminar la contaminación del aire en los puertos, evitar desastres ambientales por derrames de petróleo en entornos marinos, y, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero generadas actualmente por el uso de combustibles fósiles.
Para la construcción de la futura planta, que combina inversiones en generación renovable con inversión en capacidad de hidrógeno verde, y que se caracteriza por tener un enfoque colaborativo para crear valor a largo plazo para la comunidad de Tasmania, se confiará en la mejor tecnología del mundo y supondrá la creación de 500 empleos. 200 de ellos, entre directos e indirectos, serán de contratación local.
“La inversión de Iberdrola Australia en Bell Bay Powerfuels Project demuestra nuestro compromiso de ayudar a las empresas australianas a reducir sus emisiones de carbono en sectores en los que históricamente, tanto técnica como económicamente, ha sido más difícil de llevar a cabo esta transición. Estamos muy contentos por poder combinar la experiencia global de Iberdrola en tecnologías de hidrógeno verde con el conocimiento local y el impulso comercial de ABEL Energy”, afirma Ross Rolfe, consejero delegado y director general de Iberdrola Australia.
“Junto a Iberdrola esperamos impulsar el hidrógeno verde a escala comercial en Australia y establecer una nueva industria de tecnología climática que beneficie a la comunidad de Tamar Valley y a sus futuras generaciones. Estamos encantados de contar con el apoyo de Iberdrola como socio financiero y como experto en construcción y operación de energías renovables a gran escala en Australia y en todo el mundo”, apoya Michael van Baarle, cofundador y director ejecutivo de ABEL Energy.
Apuesta por el hidrógeno verde
Iberdrola desarrolla 60 iniciativas en renovables y H2 verde en ocho países distintos. Su objetivo es alcanzar las 35.000 toneladas de hidrógeno al año en 2025 y más de 350.000 toneladas anuales en 2030. Para ello, la compañía cuenta con una cartera de proyectos de 2.400 MW en diferentes regiones, principalmente en España, Estados Unidos y Australia.
Al igual que ya hizo con las renovables hace ya 20 años, la compañía se ha convertido en ‘first mover’ de este nuevo reto tecnológico que supone la producción y suministro de hidrógeno verde. Iberdrola se pone así al frente de esta nueva revolución renovable, apoyando a la industria para reducir sus emisiones contaminantes.
El uso del hidrógeno se debe centrar en aplicaciones que no tienen otras alternativas. Es decir, para la sustitución del hidrógeno gris (producido a partir de combustibles fósiles) por hidrógeno verde (producido por renovables) en los sectores que se utiliza actualmente como fertilizantes, metanol o refinerías.
• Líder en Australia
Iberdrola ha realizado una fuerte apuesta por el mercado energético australiano desde 2020 con la adquisición de Infigen Energy, la principal empresa de energía renovable de Australia. La compañía invertirá entre 2.000 y 3.000 millones de euros en Australia con el objetivo de potenciar el cambio a las renovables en el país y alcanzar los 4.000 MW en los próximos años.
La apuesta se suma a los 2.000 millones invertidos por la empresa hasta ahora en proyectos como el parque solar de Avonlie y el parque eólico de Flyers Creek, en Nueva Gales del Sur, y el parque de energía renovable de Port Augusta, en el sur de Australia, el mayor parque híbrido eólico-solar del hemisferio sur.
Iberdrola adquirió en el primer semestre de este año los derechos del mayor parque eólico del mundo en Mount James, con 1.000 MW, la central fotovoltaica Broadsound, de 360 MW, en Queensland y ha invertido en un negocio de soluciones inteligentes, Autonomous Energy, que ofrece productos energéticos a medida para empresas comerciales e industriales.
En la actualidad, la compañía ha instado 1.122 MW renovables (eólica, solar y baterías). Además, está construyendo dos nuevas instalaciones con una capacidad conjunta de 391 MW cuya puesta en marcha está prevista para 2023.
En todas estas inversiones subyace el compromiso de situar a los clientes en el centro de la transición energética, proporcionándoles una energía fiable, asequible y ecológica. Entre los clientes industriales a los que la compañía da servicio se encuentran algunas de las marcas más emblemáticas de Australia, como la minera BHP y la cadena de supermercados Woolworths.
A principios de este año, Iberdrola creó su negocio de redes en Australia, dado que las redes eléctricas del país, principalmente las infraestructuras de trasmisión tendrán que ampliarse drásticamente para captar los recursos eólicos y solares y transportar la energía a los centros de población situados en la costa. Las iniciativas del Gobierno federal y los gobiernos estatales han permitido crear un clima de confianza para que la inversión extranjera desarrolle nuevos proyectos de generación renovable y de transmisión.