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Madrid, 2 de noviembre de 2022.- Durante los próximos meses las empresas y, en particular, el tejido industrial tendrá que afrontar una de las épocas más frías del año, un periodo que se verá agravado por la variabilidad de los precios y la potencial escasez de algunos suministros. En este sentido, desde las administraciones públicas y los organismos competentes ya han alertado de la necesidad urgente de controlar el consumo energético implementando nuevas medidas para optimizar la eficiencia de las instalaciones.

Desde TÜV SÜD, compañía líder internacional en soluciones de alta calidad, sostenibilidad y seguridad, aseguran que “el incremento del coste de los productos está acotando el margen sobre ingresos de las empresas y provocando la pérdida de competitividad empresarial, por lo que conviene avanzar cuanto antes en el camino de la eficiencia energética para optimizar los recursos”. Ante este escenario, Esther Bermejo, Business Unit Manager de Energy, recomienda adoptar distintas medidas para gestionar los consumos de forma eficiente y minimizar los costes de mantenimiento:

• Monitorizar el consumo. Al cuantificar el consumo de energía en el tiempo se podrá comparar la actividad de la empresa para categorizar los consumos imprescindibles y los que se producen sin necesidad, eliminando los innecesarios y reduciendo los imprescindibles. De esta forma, se disminuirá tanto el impacto de la actividad como el de la factura energética.

• Reducir el consumo. La primera medida para descarbonizar la economía y ahorrar energética es reducir al máximo el consumo. Para ello, debemos evitar todos los consumos superfluos, mantener en buen estado nuestros equipos consumidores, y buscar como recambio de los mismos aquellos que tengan una eficiencia superior.

• Consumir energía procedente de fuentes renovables. Este tipo de energías, como la eólica o la solar, provienen de la propia naturaleza y se generan a partir de fuentes naturales casi inagotables, que se generan a una velocidad superior a la que consumen. Además, contribuyen eficientemente a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, en particular, del CO2. Se trata de una buena alternativa para la optimización y el control de la factura eléctrica en empresas con múltiples suministros, en las que la energía representa más de la mitad del total de su gasto.

• Promover la instalación de proyectos orientados al autoconsumo como, por ejemplo, los paneles fotovoltaicos. De esta manera, se generará una energía limpia, segura y eficiente, muy rentable para impulsar la eficiencia y la gestión energética de las organizaciones.

• Negociar los contratos de compra de energía y detectar buenas oportunidades al respecto. Así se podrá conseguir una reducción de los costes e incluso del consumo y del mantenimiento, en función de la compañía.